martes, 26 de mayo de 2015



Deberías saber que desde aquella noche volví a fumar. Pero ahora lo hago en la ventana, pensando en tejados lejanos perfilando un cielo estrellado.

Deberías saber que desde aquella noche bebo vino en lugar de cerveza. Que cambié los juegos de espuma en mi bigote por sueños con manchas de color burdeos y de sabores afrutados.

Deberías saber que desde aquella noche beso con los ojos abiertos, soñando de nuevo con besos de película, con aquellos que tienen su propia banda sonora.

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