jueves, 4 de julio de 2013

#prontoacorrere


Incapaz de memorizar el italiano escribió aquel estribillo para poner letra a esa melodía que no se le iba de la cabeza. Oyó durante días aquella canción que le recordaba que la soledad que siempre quiso en nada se parecía a la realidad. "La realidad no se parece a lo imaginado" -pensó- "de igual modo que lo negro nunca se parece a lo blanco" y sintió cierto alivio. 
Durante esos días de estribillo constante decidió no escribir la inicial de su nombre. Creó un complicado, innecesario pero divertido juego de sinónimos para que ninguna de las palabras que escribiera contuviera una sola parte suya. 
No lo consiguió, claro. Igual que no se aprendió el estribillo. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se anhelan tantas cosas que nunca llegan pero hay que perseguirlas.