Cuando encontrar un buen final es el
mejor de los principios.
Cuando tener la última palabra es el
comienzo de todo un discurso.
Cuando la verdadera historia, la
importante, comienza tras los títulos de crédito.
Cuando el clímax se alcanza a telón
cerrado.
Cuando el mejor de los estribillos se
baila acabado el concierto.
Yo después de yo.