jueves, 29 de marzo de 2012

Pensó que no la oía...


Pensó que no la oía y dejó de contarle las cosas más triviales.
Dejó de contarle lo que hacía, dónde estaba o en qué pensaba. Con quién entraba y con quién salía.
Pronto dejaría, casi sin darse cuenta ni ella misma, de contarle las cosas importantes.

Pensó que no la oía y dejó de escuharle.
Pensó que no la oía y dejó de quererle.

“Perdona, cariño – dijo - pensé que no me oías”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acaso me conoces???

Tunomandas dijo...

No tengo el placer...