martes, 17 de mayo de 2011

Pu pum... pu pum... (2ª parte)

Antes que nada tengo que decirlo: no entiendo los éxitos de Ucrania y Grecia. Ucrania, que ya me caía fatal por no llevar a Jamala y su fantástico "Smile", nos regaló un momento "Art Attack" precioso con sus dibujitos de arena que llamaban mucho la atención, sí, pero la Shakira con plumas, el modelito de la artista playera y la canción no eran ni de lejos para esa posición. ¿Y Grecia? ¡Si yo los hubiera dejado en la semifinal! El estribillo tenía su punto, pero el rapero era soporífero. Por muy guapo que fuera el cantante (un templo le levantaba montaba más de un@ para poder adorarle en el Olimpo de la belleza). A más de uno le debió subir la tensión en Grecia pensando que igual ganaban y tenían que organizar el festival el año que viene, con la ruinita que tienen encima. El año que vienen se retiran seguro, ya veréis, y como lo haga Israel también va a ser toda una catástrofe.

Tenemos este año un ganador raro me parece. Ha ganado Azerbaiyán (me encanta escribirlo una y otra vez) y no sé si lo hemos asumido del todo. La canción está bien, un poco ñoña al más puro estilo "Glee" (me imagino a Rachel y Finn haciendo el número y se me ponen los vellos de punta), pero eso no es nada malo, más bien todo lo contrario. El tema es que hemos tenido, pese a lo que decíamos muchos en un principio, una final de altísimo nivel y temas que pasaban desapercibidos se han hecho grandes, enormes diría yo, en sus directos. Más allá de las grandes favoritas, me quedo con las voces-revelación de este año como las chicas de Eslovenia, Austria, Suiza, Serbia e incluso Georgia, todas ellas con unos directos que quitan el hipo. De 25 canciones creo que hasta 20 podrían haber ganado el festival con total facilidad, y es por esto por lo que nos deja frío la pegadiza "Running Scared", a pesar de su impresionate puesta en escena y esa lluvia de fuego que engrandecían el tema enormemente.
Hay que tener presente en esta victoria que en 4 años de historia en el festival Azerbaiyán ha conseguido dos segundos puestos y nunca han salido del Top 10, por lo que es un país que ha demostrado desde el principio unas ganas locas de ganar Eurovisión. Y eso es admirable (qué lejos nos resulta, ¿eh?). En esto me recuerda un poco a Rusia, que cuando lo logró finalmente (en una victoria con bastantes similitudes a ésta ahora que lo pienso) tiró la casa por la ventana. A ver qué nos espera a las orillas del Mar Caspio.

Y recordando estas ganas de Azerbaiyán me viene a la cabeza la mismísima Safura. Ay, Safura... creo que hay una Diva por explotar. El año pasado ella quiso ganar a toda costa y casi muere en el intento. Dos veces. Primero casi se ahoga en la piscina grabando el vídeo (¡¡si no sabes nadar para que te metes y te lías en telas!!) y después contrata uno de los mejores coreógrafos del mundo (dinero tirado) y la hace bajar de unas escaleras imposibles. Hazaña que no consiguió sin ayuda a pesar de caerse en todos los esayos. Todo para caer fatal durante el festival (al parecer iba de Diva la chica, pero es lo que es). Resumiendo, su "Drip Drop" se hizo terriblemente insoportable. También hay que reconocerle el mérito de marcar tendencia. El año pasado adornó su vestido (ya de por sí de dudoso gusto) con apliques luminosos, algo que este año delegaciones como Rusia, Hungría, Suecia o nosotros mismos también hemos hecho este año, adornados cual arboles navideños al más puro estilo de chinos de barrio hemos honrado el famoso dicho que Eurovisión es hortera. Pero el "momento Safura" no quedó ahí: cuál fue mi sorpresa cuando la vi retransmitiendo las votaciones de su país. Creo que me enamoró para siempre con ese modelo de boda latinoamerica y esa actitud de "estábais deseando verme". Fue sin duda el modelito de la noche junto al top ochentero de Rafaela Carrá.
¡¡Por favor, que ella presente el festival el año que viene!!! Os dejo el momentazo, ya histórico en Eurovisión:


Pu Pum (1º parte)


Llevo un par de días queriendo hablar un poco de lo que ha pasado en Eurovisión este año, pero no sabía por donde empezar. Hasta que me he puesto y... ¡me ha salido cinco folios!Qué "jartible", no? Bueno, lo haré en varios post para hacerlo más llevadero.
"2011: el año de las sorpresas". Como titular para el pasado fin de semana no está mal, pero en realidad era algo que ya sabíamos. Hace meses que hablábamos, entre cosas, de que este año no habría un claro favorito desde el principio como ha ocurrido otras veces. Lo que nos pasa en el fondo es que a medida que se acerca la final nos agarramos a las estadísticas, las apuestas y las primeras impresiones como a un clavo ardiendo en nuestro afán por adivinar quién conseguirá el triunfo. Pero hay que asumirlo, en Eurovisión todo puede pasar, es un festival vivo hasta el último momento y eso lo hace imprevisible, emocionante y mucho más interesante. De todas formas el triunfo de la delegación azerí tampoco es una sorpresa absoluta, no seamos dramáticos. En todas las casa de apuestas se sitúaban terceros, osea, que mucho no se equivocaban, ¿no?
Independientemente de encuestas y resultados, que parecen que han llevado caminos independientes este año, viendo la estupenda final del sábado me quedan dos cosas claras: 
1.- El Festival sigue siendo grande y los alemanes se han encargado de recordárselo al mundo entero. Han hecho de esta edición el mejor espectáculo televisado que se ha visto nunca. Personalmente me ha gustado más que Moscú, un año impresionante, pero quizá algo excesivo. Confío en que Bakú 2012 (si, soy de los que en cuanto terminó el festival busqué la capital en Wikipedia, qué pasa) sean comedidos, que estos lo dan todo y querrán superar incluso a los rusos en su derroche. 
2.- Nadie, por más que me vengan ahora con historias, podía tener claro un favorito. Después del pase de Lituania (que me ponía los vellos de punta con esa fantástica ejecución), la caída de Noruega y Turquía, la sorpresa de Irlanda (los adoro), las decepciones de Francia (él estaba como en otra parte, ¿no?) y Reino Unido (son las nuevas Spice Girls) o el impresionante cambio de rol de Alemania (cuidado con Lena, que se ha hecho mayor y es tremenda) creo que era difícil predecir mínimamente por dónde irían los tiros. ¡¿Qué pasó con Estonia?! La canción era ideal, la puesta en escena ideal y muy adecuada para el tema, ella genial... Nunca entenderé su última posición, la uno a mi particular lista de grandes injusticias eurovisivas, junto a Kate Ryan y Charlotte Perrelli.
Qué alegría, por otro lado del éxito de Italia, que a lo suavón se coló en el Top. Yo la denfendí desde el principio y sabía que con el tiempo iría ganando adeptos, pero no podía imaginar una posición así. La verdad es que no se puede tener más gusto y más estilo con una canción que es una verdadera gozada. Espero que el buen resultado les anime para continuar en el festival, es uno de los imprescindibles. Muy bien a España por darles nuestros 12 puntos, ya que no tenemos gusto para elegir canciones, la menos lo tenemos para puntuarlas.

Continuará...