viernes, 10 de diciembre de 2010

Pequeños monstruos


A la llegada al recinto los nervios y las casi 18.000 personas que esperaban a la nueva diva/icono del s. XXI hicieron del momento algo especial. Estando allí uno se sentía un poco en el centro del mundo. Y es que pienso que asistir al primer concierto de Lady Gaga en España era algo que no había pensado hasta entonces, pero que es especial, como si ya formara parte de la historia de la música.

Tras una intensa pero mas llevadera de lo que pensaba cola, logramos colocarnos a mitad de pista. Perfecta visión y cerquita de la pastilla en la que terminaba la pasarela, con lo que el algunos momento íbamos a estar bastante más cerca de ella de lo que pensábamos. Un precioso telón semicircular guardaba cuidadosamente la escenografía y los últimos 50 minutos se hicieron interminables, minutos amenazados por los dolores ya de espalda, de piernas, de calor y de ganas.

Se apagan las luces del Estadio y el gentío rompe en un sonoro estruendo. Una lona blanca a modo de pantalla (recurso que se repetirá durante todo el concierto) cubre el telón y comienza un vídeo donde se la ve con body negro, de cuero, fumando, peinado a los años 40 y un poco Madonna, por qué no decirlo. Suena “I´m a free bitch” (“Soy una zorra libre”, con lo que la declaración de intenciones del concierto ya están bastante claras desde el principio). El escenario se ilumina desde dentro, creando sombras sobre el telón y vemos si silueta. Ahora sí que comienza, es ella!! (Yo no puedo evitar llevarme las manos a la cara diciendo una y otra vez “no me lo creo, no me lo creo”, quizá contagiado por la teatralidad del momento) suena “Dance in the Dark”. Y por fin se abre el telón, y la vemos a ella sobre unas escaleras con barandillas de jeringuillas y un escenario inspirado en algún barrio chino de cualquier musical de los 50 con luminosos de neón de mensajes trasguesores y bailarines y músicos en varios niveles.

Desde ahí todo es reflejo de Lady Gaga: teatralidad; estilismos imposibles (14 cambios creo q conté, en los que vimos encajes, pelos, plástico, lentejuelas, cuero, chapas, flecos, fuego, sangre, botines brillantes y todo lo que uno espera ver puesto en ella); coreografías increíbles (como el cuerpo de sus bailarines); una escenografía cambiante, oscura y sorprendente; plataformas que suben; monstruos que aparecen en escena; una gran voz y sobre todo trabajo, un gran trabajo que ves detrás de todo aquel maravilloso espectáculo.

Al presenciar todo aquel montaje me vino a la cabeza aquello de “Arte Total” del que hablaba Bob Wilson y el que se persigue en todas las óperas modernas. Porque te das cuenta de que todo es arte, con mayúsculas. Desde los vídeos (que se utilizaban para sus cambios de vestuario y de escenografía y que para mí cortaban un poco el ritmo del espectáculo, aunque entiendes que tenga que ser así y sean pequeñas obras de arte audiovisual, un poco “anuncio de H&M”) hasta los modelazos que luce, todos grandes muestras de originalidad, ingenio, diseño, patronaje y costura. Hacer de lo efímero, de lo surrealista, de lo grotesco o incluso de lo expresionista una realidad sobre el escenario es una empresa nada fácil y ella lo consigue con creces.

Cantó (muy bien, por cierto), bailó (lo da todo) y habló. ¡¡Mucho!! jajaja. Siento no poder contra lo que decía, mi limitado inglés no me lo permite, pero el tono era reivindicativo y provocador. Teatral (valga la redundancia), grotesca, sexual... Recuerda a Madonna, claro, como a Bowie, a Queen o al universo de Tim Burtom.

Momentazos de la noche: por supuesto temas como “Love Game”, “Telephone”, “Boys boys boys” en los que todos cantábamos a coro (yo haciendo playback, clara); “Alejandro”, en la que hubo una catarsis colectiva y por fin, cerrando el show, la esperadísima “Bad Romance”, con la que viví uno de los momentos más explosivos, vibrantes, emocionantes y especiales de mi vida. Es muy fuerte corear con 18.000 personas un temazo como este, delante de la mismíma Lady Gaga envuelta en sus aros plateados. Irrepetible. Es una delicia ser uno de sus "pequeños monstruos" (como denomina a sus fans), con paso de baile incluído.

Creo como Alaska (en su maravilloso artículo del El País este fin de semana) que por derecho propio y con aplastantes datos la neoyorquina (por qué no será neoyorkina?) se postula como una nueva Reina del Pop (sin desplazar a otras, sino todo lo contrario) y que su reinado va para largo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Los coleccionables en los kioskos y los anuncios de la vuelta al cole eran como voces que anunciaban en su interior los últimos coletazos del verano. Deseó con todas sus fuerzas que fuera Otoño, que lloviera, que hiciera frío, mucho frío. Sin embargo, el verano aún no daba tregua ni a las temperaturas ni a sus deseos. Así, la vuelta a su rutina fue un poco mas seca. Más dura. Deseaba suavizar el momento con algo de música, pero su iPod estaba descargado y no hizo ni tan siquiera el amago de encenderse. Pensó en alguna canción, cualquiera, pero no se le ocurrió ninguna. Y de repente ahí estaba él, con su coche parado en el semáforo, las ventanillas abiertas y la música alta, muy alta. Conocía esa canción. La cantó casi sin querer. Cruzó su mirada con la del conductor y cantaron juntos el estribillo, mirándose fijamente, moviendo los labios a la vez. El verde del semáforo puso fin al momento, a la música. Mientras miraba el coche alejarse llevándose consigo aquella banda sonora pensó si era posible hacer el amor en plena calle con tan solo mirarse a través de la ventanilla de un coche... No tuvo que contestar, su cuerpo ya lo había hecho por ella.

lunes, 9 de agosto de 2010


Hacía dos veranos que el corto de las bermudas masculinas había subido al menos dos dedos por encima de las rodillas. Los piratas, tan utilizados años atrás, se veían ya pasados de moda y poco favorecedores según ella. Sin embargo, cuando lo vio a él, con sus piratas de corte militar no tuvo absolutamente nada que reprochar. A la sombra de aquel árbol inmenso bajo el que se había refugiado del calor esperando Dios sabe qué, le pareció un oasis urbano en aquella calurosa mañana de agosto. Aún no lo sabía, pero aquella noche su vida cambiaría para siempre. Quizá por eso sus ojos, oráculos ignorantes, veían aquella mañana el mundo de otro color.

domingo, 8 de agosto de 2010

Siempre le molestaba muchísimo sentir la necesidad de ir al baño justo después de ducharse. Era como ensuciarse demasiado pronto. Cuando tiró de la cisterna pensó que el fondo de aquel retrete nunca se veía blanco del todo, por más que lo limpiara. Todos los días lo veía y todos los días decidía que aquel no era el momento de pensar en ello. En realidad en lo que no quería pensar es que aquel fondo amarillento era el resultado de aquel hombre que estrenó aquel baño, aquella cama y sus ganas cuando ni tan siquiera había agua en su nueva casa.

sábado, 7 de agosto de 2010


El rayo de aquel sol tempranero que se colaba insolente entre las grandes hojas de las plataneras estaba a punto de llegar a sus pies. Quería encoger las piernas, huir de aquella luz amenazante que avanzaba lentamente devorando las sombras (en esa época del año el sol es como un arma de destrucción masiva en el sur) pero era incapaz de moverse dentro de aquel paraíso efímero en el que se había convertido su parada matinal para leer el periódico y fumar el primer cigarrillo del día, ese cigarro furtivo que se fumaba siempre sola, casi a escondidas, casi avergonzada, para no tener que dar ninguna explicación de por qué le apetecía fumar tan temprano, sin ni siquiera haber desayunado aún. No era lo único de lo que se avergonzaba.

lunes, 5 de abril de 2010

Mis favoritos en Oslo (2ª Parte)


Lo primero que me pregunto es: ¿todas las muchachas de Azerbaiyán son guapas? Y es que año tras año, este país manda auténticas bellezas, de esas a las que el cansino Uribarri le encanta presentar cómo “candidata a Miss Eurovisión”. Independientemente del físico (aunque tengo mi propia teoría de que éste también influye en el resultado de un espectáculo visual, entre otras cosas), este “Drip Drop” cada día me gusta más. Es cierto que en el directo la chica pierde bastante, pero si a Hadisse se le perdona, ¿por qué a ella no? Y se trata sin duda de una canción moderna, un R&B muy actual, de esas que cantadas por Rihanna o Beyoncé sería todo un número 1 mundial. Si a eso le sumamos los apoyos con los que este país cuenta siempre en el festival, el buen resultado está casi asegurado, y ojito, que algunos le dan el triunfo. No lo veo improbable, si el año pasado quedaron terceros con el algo hortera “Always”...



Es otra de mis debilidades de este año y este un país que siempre me atrae con sus propuestas. Este año llevarán a la doble armenia de Angelina Jolie con una canción que roza la ilegalidad. Su letra, no alejada de la polémica, hace un sutil referencia a la actual política del país. Sin embargo, ha pasado el filtro de la UER y gozaremos de un gran tema que espero, esté en la final. Me gusta cómo va subiendo en el estribillo, y como se repite cada vez con más ritmo, hasta que se hace pegadiza y bailable. Su debilidad, en mi opinión, que la cantante es sosa, sosa. Espero que se curren una buena puesta en escena, porque la canción lo merece sin duda.




No era mi favorita en el Melodi (prefería el “Keep on walking” de Salem, que me emocionó la noche de su final), pero admito que Anna tiene “algo”, un especie de “ángel” que con una canción muy optimista llega especialmente. Creo que nadie con un mínimo de sensibilidad queda impasible al escuchar este “This is my life” y sobre todo: ¡por favor, qué lleve las Convers! Los nórdicos vienen fuertes este año, y aunque no veo a Suecia como ganadora, espero que queden bien situados en la tabla.


miércoles, 24 de marzo de 2010

Mis favoritos en Oslo (1ª Parte)

Con la llegada de la primavera (quién lo diría viendo los nubarrones desde mi ventana!) dicen que se alteran muchas cosas. A mí la primavera no sé si me altera la sangre, pero me entra un cosquilleo que no puedo explicar muy bien, y todo porque se acerca Eurovisión. Si los alérgicos temen este época del año, los eurofans lo esperamos con ansia. Con el sorteo del orden de las actuaciones (en el que España haperdido posibilidades al actuar en 2º puesto y justo antes de Noruega, gran favorita) y a punto de conocer los últimos detalles y de ver el diseño del escenario (¡¡por favor, que no abusen de las pelotitas!!), nos llueven las noticias e imágenes del festival musical más importante del mundo. Por fin conocemos, tras meses de espera en los que iban llegando con cuentagotas, las 39 canciones que buscarán alzarse con el triunfo (unas con más ganas que otras) en Oslo. Bueno, rectifico, aún estamos a la espera de Ucrania, que ha de cambiar (por tercera vez, vaya choteo que se están marcando este año) su candidatura. Aprovecho desde aquí para agradecer a la televisión noruega el detalle de diseñar el logo del festival de este año con los colores del presente blog, lo cual me ha simplificado bastante el trabajo y queda súper mono!!

Para ser del todo sincero, he de confesar cierto desánimo vivido durante estos meses atrás, en los cuales veía que la cita de este año en Noruega se perfilaba claramente, en cuanto a calidad musical, como una de las peores de los últimos años. Si el año pasado pensábamos que por la crisis el festival sería más “moderado” (nada más lejos, los rusos hicieron un espectáculo increíble), este año parece que la economía sí que ha pasado factura y muchas delegaciones mandan temas moderados, sin arriesgar demasiado, mucho que suenan a canciones ya escuchadas. ¿Quizá no quieren organizar el festival el año próximo? Afortunadamente algunos países se han encargado de subir el nivel considerablemente (y con él mi entusiasmo) y aunque sea un festival algo más “pesado” a la escucha a causa de las numerosas baladas (ya lo llaman “Baladavisión” por ahí y alguna semi será un poco tostón, seamos claros), creo que la final estará cargada finalmente de buenos temas.

Creo que si algo caracteriza a este año, además de las baladas como ya he dicho y las preselecciones polémicas, es el hecho de que no hay un claro favorito. En estos últimos años, el “Molitva” serbio, el “Believe” ruso y más aún el “Fairytale” noruego se perfilaron como claros favoritos desde el principio. Este año hay favoritos, claro, pero sin embargo veo que son varias las canciones que pueden dar la sorpresa de la noche. Me da la impresión de que tendremos que esperar a los ensayos y las semifinales para ver los directos y las puestas en escena para hacernos una idea de quién se llevarán el gato al agua. Así pues, aunque la calidad general ha bajado, ganamos en emoción (y en mi caso en nervios!!). Las primeras apuestas de pago dejan el Top 10 de esta manera: Azerbaijan, Israel, Noruega, Alemania, Croacia, Armenia, Dinamarca, Grecia, Bélgica y Suecia (no encontramos a España hasta el 12º puesto), pero me temo que mucho bailarán estos resultados de aquí al 29 de mayo, sobre todo cuando escuchen el directo de algunas... Es curioso que la suerte en el sorteo haya dispuesto que en la segunda semifinal todas las grandes favoritas actúen juntas (2º Armenia; 3º Israel; 4º Dinamarca; 5º Suecia; 6º Azerbaiyán) a excepción de Alemania y Noruega, que como ya sabemos están directamente en la final.

Independientemente a encuestas, foros, casas de apuestas y sondeos, en los post de los próximos días iré haciendo mi particular apuesta, las canciones que más me gustan de la edición de este año y a las que me gustaría ver en lo más alto en Oslo:


Declaro desde ya mi amor incondicional por Harel y mi absoluta falta de objetividad al hablar de esta candidatura. Israel es un país que me gusta desde siempre (creo que en general en España somos muy de Israel). Tras Boaz Mauda (mi canción favorita del 2018 que aún me pone los vellos de punta al oírla) y las fantásticas Noa & Mira Award (a las que tuve la oportunidad de cantarles un poco de la fantástica “There must be another way” ante las caras de horror y de “este chico tiene graves problemas, pobrecito” de todos los presentes) Israel vuelve a mandar todo un himno. Es sin duda la canción más bonita de esta edición y a pesar de ser también una balada no caerá en olvido, ya que “Millim” (Palabras) expresa emoción y contenido desde el segundo 1. La subida hacia el final del tema (por favor, quiero el juego de luces de su preselección) hace que los vellos del cuerpo cobren vida propia y Harel hace una interpretación simplemente perfecta. Israel si no gana, será Top 3 seguro.



Cada vez estoy más convencido de que ganar Eurovisión es todo un marrón. Para el intérprete te verás condenado a cantar esa canción toda tu carrera (es una cruz, como la que lleva Sergio Dalma con “Bailar Pegados”, aunque no ganara) y para el país se le viene encima una empresa difícil: organizar el festival del año siguiente mejorando al anterior, pero haciendo números para que el presupuesto no te deje en la ruina (aunque dicen por ahí que el festival es rentable y todo). Aparte de eso entras en la final y juegas en casa, con lo que tienes que mandar una candidatura más que digna sin notarse que estás deseando pasar “la patata caliente” a otro país para el año que viene jeje. Bueno, a Rusia se le notó bastante, pero el caso de “Mamo” es cosa aparte...

A Noruega no sé si le fallaron los cálculos o le han cogido el gustillo a esto de organizar el festival, pero lo cierto es que es una de las apuestas más fuertes de este año. El país anfitrión eligió en su preselección por un chico guapo, muy guapo, con baladón estilo Disney de corte clásico y letra algo facilona pero muy muy efectista. Didrik lo hace muy bien, aunque en la pre los nervios le traicionaron un poco e iba algo inseguro en algunas notas supongo que para final de mayo se lo currará y la interpretación será perfecta, como requiere el tema. Le lloverán los votos del jurado, de sus vecinos, y como mire a la cámara de ese modo, de muchos, muchos espectadores (por favor que le hagan el travelling en círculo a su alrededor, que me encanta!). No me extrañaría nada que Noruega repitiera triunfo este año.



Es la primera vez desde hace muchos años que Alemania se cuela dentro de mis favoritas. Este año reconozco que me encanta, cada vez más. Lena Meyer-Landrut me recuerda un poco a nuestra Beth, está ahí como por error y probablemente su discográfica o los encargados de su carrera vieron en esto de Eurovisión una posibilidad de lanzar su carrera, aunque a ella lo del festival nunca le importara demasiado. Pero, ¡¿y que más da?! No todo el que acude a Eurovisión debe haber soñado con estar ahí toda la vida, ¿no? (Aunque un poco de coraje sí da, de acuerdo, pero no puede ser una norma). ¿Físicamente es un poco Virginia, alias “Labuat”, o sólo a mí me lo parece?

El caso es que Alemania le da vidilla a la final con “Satellite”, un tema movido, pegadico, fresco, actual, muy en rollo Lily Allen que tanto pega en todo el mundo. A mí me gusta muchísimo, y pienso que estos temas le vienen muy bien al festival para modernizarse, para escucharse en las radios y para utilizarlos como arma en esos casos en los que tenemos que defender que Eurovisión no es algo desfasado, apolillado y pasado de moda. Me encanta Lena... ¿bailamos?


jueves, 18 de febrero de 2010

Las "Majas" de Goya

Parece que por fin el cine español vive un buen momento. A juzgar por la audiencia que la gala de los Goya cosechó el pasado domingo (más de 4 millones de espectadores y 26% de share), nuestro cine interesa. Y eso que coincidía con el mismísimo día de los enamorados, una fecha muy acertada para celebrar que este año el público ha vivido un auténtico “idilio” con producciones nacionales como “Celda 211”, “Ágora”, “Gordos”, “Spanish Movie”, “Mentiras y gordas”, “Fuga de cerebros” o “Los abrazos rotos”, todas con fabulosas recaudaciones de taquilla que las han colocado entre lo más visto del año entre vampiros adolescentes y avatares. Fue una gala divertida, con ritmo (todo el ritmo que puede tener una entrega de premios con un considerable número de señores y señoras que no conocemos de nada y agradecen el premio a más señores que no conocemos y a toda su familia), muy bien conducida por un Buenafuente que no decepcionó y estuvo a la altura. En mi opinión aún no se ha conseguido el nivel alcanzado por la magistral Rosa María Sardá (que apareció al final de la gala como para recordarnos que como ella nadie), pero fue una de las mejores ceremonias de los últimos años. Como era de esperar, Celda 211 fue la gran triunfadora de la noche. Más que merecido, es una de las pelis del año, sin duda alguna, y el personaje de Malamadre ya ha entrado en la historia de nuestro cine. Echo de menos un poco más de guión para los presentadores de los premios. Sé que para darle ritmo no pueden extenderse mucho, pero no sé, tener en el escenario a Javier Bardem, Penélope Cruz, Paz Vega, Belén Rueda, Ana Belén o Eduardo Noriega (por decir algunos) para que simplemente lean la lista de nominados, creo que es un desperdicio. ¿He dicho nominados? Uy, perdón, no son “nominados”, sino “finalistas”, que ya se encargaron los guionistas de que nadie pronunciara una palabra maldita en esta entrega de premios desde que existen los reality show. Vaya chorrada.

Si tuviera que quedarme con tres momentos de la gala, sin duda serían los repetidos planos del realizador a Bardem y Penélope, tan monos ellos en primera fila, como si no hubiera nadie más en el patio de butacas (incluso la voz en off que comentaba la gala la bautizó como “la reina del cine español”, cosa que me encanta, claro, pero que veo una falta de educación a todas esas grandes actrices que tenemos en nuestro país, muchas de ellas presentes en la ceremonia); otro gran momento, las palabras pronunciadas por los hijos del homenajeado Antonio Mercero: -Lo único bueno que tiene el Alzheimer es que puedes ver “Cantando bajo la lluvia” 500 veces como si todas fueran la primera- ... puufff, qué frase, qué nudo en la garganta!!; y, como no, el histórico y emocionante colofón de la gala: la aparición de Pedro Almodóvar. Toda una sorpresa para todos que fue recibida con una gran ovación y con el público en pie. A ver cuánto dura la reconciliación, porque si le siguen dando puñaladas como este año, yo que él no les cogía ni el teléfono. ¡¡¿Cómo no estaba nominada “Los abrazos rotos” a mejor película, a mejor dirección y a mejor actriz secundaria para esa magistral Blanca Portillo?!! Como decía Anthony Blake: “No le den más vueltas, no tiene sentido”.

Y entre premios, agradecimientos, emociones y cine, mucho cine, allí estaban ellas, espléndidas, luciendo sus mejores galas para la ocasión. Yo como siempre, tomando nota y sacando punta. Así que ahí va mi particular (y ya tradicional) lista de las mejor y peor vestidas de los Goya.

LAS QUE ACERTARON:

Penélope Cruz

Antes de nada, para todos aquellos que duden de mi objetividad con ella, recordaré que el año pasado le di un quinto lugar porque aunque iba correcta, no brillaba como ella suele hacerlo. Pero este año, señoras y señores, fue la gran protagonista de la noche. Y no porque brillara, sino porque estaba ¡resplandeciente! Se ve que le ha cogido el gustillo a las colecciones vintage, pero esta vez se apartó del negro y nos regaló un modelazo de Versace, de escote redondo y cremalleras en la parte trasera (¡cremalleras!) que le sentaba como un guante. No hay peros, el maquillaje y el peinado son ideales para que ella estuviera, simplemente, impecable.

Silvia Abascal

Esta chica, además de gustarme siempre en cada uno de sus trabajos, va siempre estupenda. Discreta y como quien no quiere la cosa siempre consigue estar entre mis favoritas. Tiene gusto y es elegante. El vestido en un precioso modelo de Elie Saab (me gusta todo lo que hace) que combinó muy acertadamente (se nota que hay un gran estilista detrás) con unos impresionantes pendientes verdes de Vasari y bolso morado. El peinado, ondulado y a un lado, completan uno de los mejores estilismos de la noche.

Cayetana Guillén-Cuervo

En mi opinión se merece la medalla de bronce por arriesgar. Es cierto que arriesgar con Oscar de la Renta es un riesgo a medias, pero aún así llevar ese vestidazo, con esa falda y esa cola tiene su mérito y estaba tan favorecida que fue una de las más elegantes de la gala.

Marta Etura

El mismo diseñador (también de Oscar de la Renta) y el mismo resultado: todo un éxito. No sólo se está convirtiendo en una de nuestras mejores actrices, sino que además es guapa (me encanta esa belleza serena que tiene), tiene encanto, habla de maravilla y el rojo le sienta de maravilla. Quizá no hubiera votado por ella en su categoría (no porque no lo merezca, sino porque su aparición es tan breve que para mí no merece premio), pero sí que merece estar entre las mejor vestidas de la noche.


Leticia Dolera

Otra chica que me sorprende gratamente. Si el año pasado ya demostró que tiene gusto, este año me ha encantado con ese diseño granate, palabra de honor y con falda abullonada que resulta tan sencillo como elegante. La chica está estupenda.

Belén Rueda

Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?” debe ser la máxima de Belén Rueda. Así que ella año tras año, sigue fiel a Carolina Herrera. Y no sé si Belén le ha cogido el punto a Carolina o Carolina a Belén, pero lo cierto es que luce sus diseños como pocas. Aunque baja un par de puntos respecto a años anteriores (yo no soy muy de raso y creo que ese peinado la hace un mayora), tengo que reconocer que la asimetría y el color caramelo le sienta bien y está guapísima.

Goya Toledo

Admito estar un poco cansado de el mismo modelito en distintos colores (Goya hija, no arriesgas nada, con el tipazo que tienes...!), pero hay que reconocer que está estupenda con este diseño de Saab (como Silvia Abascal) con cuerpo de pedrería y falta de volantes y que “la amiguísima” luce estos vestidos como pocas.


VESTIDAS POR ALGÚN ENEMIGO:


Lola Dueñas

En principio, si alguien me dice que asistirá a la gala con un vestido vaporoso, semi-transparente de color negro de Alberta Ferreti le diría que la elección es genial. Sin embargo en Lola Dueñas no tiene el resultado esperado. No es una de las peores de la gala, pero era la clara favorita para hacerse con el Goya a la Mejor Actriz y sin embargo no iba vestida de ganadora y eso no lo perdono. Va de vecina de barrio invitada a una boda y para mí nada favorecida. Lo siento, Lola, has tenido mejores momentos.


Bimba Bosé

Sólo ella podría ir con esas pintas, desde luego, y se agradece el descaro, la frescura y su espíritu transgresor... sin embargo, la más moderna de las modernas iba hecha una fantocha, seamos claros. No sé si su amiguísimo David Delfin se inspiró en Dick Tracy para hacer este tarje pantalón, pero lo que está claro es que es más propio de una chirigota carnavalera que de una noche de gala.


Paz Vega

¡¡Que alguien le diga a esta chica que está perdiendo el rumbo, por favor!! Con lo mona que es y lo estupenda que iba siempre... pero entre que cada vez es más descarado su copia a Dita Von Teese y el momento “cara lavada” (y/o demacrada) anunciando las nominaciones, me tiene en un sin vivir. El modelito de Hanibal Laguna, por supuesto, en exclusiva para su musa (es un modelo que presentará esta semana en Cibeles), pero que es raro raro y que combinado con ese peinado parece destinado a protagonizar una nueva saga de la Familia Monster. ¡¡Orson, controla a tu mujer, te lo ruego!!


Pilar Castro

Vamos a ver, alma de cántaro, ¿de qué vas? ¿Has salido de una caja de música? La vimos haciendo un reportaje de estilismos para “España Directo” horas antes de la ceremonia en que se probó unos cuantos vestidos con los que estaba bastante bien, y va ella ¡y se queda con el peor! Para rematar la faena, se agacha en plena entrada al Palacio de Congresos regalando al personal unas fabulosas vistas de trasero. Que no fue su noche, vamos.


Leire Pajín y Ángeles González Sinde

Ellas dos forman dúo por razones de ideología. Se agradece el apoyo del gobierno en este tipo de actos y está muy bien que fomenten la cultura, la industria del cine y todo eso, pero con esas pintas, no. Historicamente las “sociatas” nunca tuvieron mucho estilo a la hora de vestir (a excepción de Sonsoles Espinosa, de la que soy fan confeso), pero de ahí a ir de plata con diseños imposibles va un trecho. Tengo que declarar que el caso de la Ministra de Cultura el vestido no me desagrada del todo (y hay que reconocer que el trabajo en el escote, obra de Amaya Arzuaga es toda una obra de arte), pero ella, tan lacia la pobre mía, con el mismo pelito de siempre... no y no. Y de Leire para qué hablar, con sólo mirarla dan ganas de amadrinarla o algo... ains.

Ni están todas las que son, ni son todas las que están, claro está, pero me reservo algunas “menciones especiales” para el siguiente post.

viernes, 15 de enero de 2010

Corazón de espinas

Señores, tras meses en los que he intentado desenganchar del desgaste producido por la intensidad con la que lo viví el año pasado y la decepción/impotencia por el comportamiento de RTVE con el festival, he de anunciar algo importante: la “eurovisionmanía” me ha vuelto!! Así que este blog desplega velas y parte rumbo a Oslo. Es evidente que la razón por la que parte este barco festivalero es el inicio de nuestra preselección, que este año promete aún más que al año pasado, y si no al tiempo.

Desde hace tiempo tengo el pálpito de que este año el Festival tendrá cierto aire “vintage”. Al ver el logo elegido por los noruegos (esas bolas blancas y rosas que simbolizan el mensaje que quieren transmitir a todos los europeos, “Comparte el momento”, con cierto aire retro) ese pálpito se hizo más fuerte. Y ya no me queda ninguna duda al intuir por las preselecciones que en este año predominarán las baladas y los aires ochenteros (véase el tema de Suiza). La posible vuelta de la orquesta (algo de lo que me alegro muchísimo) y la consagración del voto del jurado son otros datos a tener en cuenta ante la sensación de que tendemos a un festival “de los de toda la vida”.

Quiero centrarme hoy en nuestra preselección, ya que tras escuchar hoy los temas de Coral, Anabel Conde y Ainhoa (que se suman a los escuchados estos días como Venus, Samuel y Patricia, Bizarre, Lorena, Daniel Diges, Blas Cantó, etc.) creo que las cosas empiezan a ponerse interesantes para los eurofans españoles. Empezamos a vernos ilusionados, imaginamos puestas en escena y grandes voces en la cita musical más importante de Europa e incluso habrá quienes creerán que este puede ser el año de España. Siento desilusionaros, amigos: este año España tampoco ganará Eurovisión, pero lo de hacer un buen papel aún está en nuestras manos. A ver qué sorpresas nos deparará la votación que se inicia el lunes, ya que de RTVE no me fío nada (creo que con motivos). Este año ya han filtrado una de las canciones (la de Anabel Conde, que incluyeron en su web por error) y aún no sabemos si Karmele, testigo directo del frikismo de Chikilicuatre será incluída entre las seleccionadas, así que empiezan bien jejeje. Una cosa me queda clara ya al escuchar algunos candidatos: es el año de las espinas clavadas. Me explico: los seguidores del festival sabemos que no hay nada peor que un/a artista que se quede con una espinita clavada. Ser una de las favoritas para representar a tu país y quedarte en casita, o conseguir ir y quedarte cerca del triunfo es algo que muy pocos superan y muchos son los ejemplos que a lo largo de la historia nos demuestran que es un lastre del que no se reponen nunca. Ahí tenemos el ejemplo de Dima Bilan, que no se conformó con un segundo puesto y tuvo que volver, con megacampaña incluída para conseguir llevarse el festival a Rusia para regocijo de los espectadores porque hicieron un espectáculo impresionante. O Chiara, que tras quedar en los primeros de la tabla sigue intentando llevarse el gato al agua con su imponente voz, aunque el año pasado pasara más bien desapercibida. Maria Haukaas vuelve a intentarlo este año por Noruega, tras ser una de las mejores intérpretes del 2008 (hay quien dice que estará en Oslo sí o sí, como representante del país anfitrión con una balada que me gusta muchísimo o como presentadora del evento, no sé yo qué es mejor...). Y Kate Ryan, una de las mayores injusticias de los últimos años, que amenaza con volver y ¡ojo! porque Soraya parece dispuesta a ayudarla en esta particular “vendetta” con el público europeo. Hay que destacar al grupo Alcazar, que año tras año se presenta al Melodi con la intención de asistir al festival y, pese a que suelen partir como favoritos, sobre todo entre los eurofans, siempre se quedan a las puertas.

Es nuestro país también tenemos a nuestros “artistas-espina”. Roel y Rebeca quieren ir sí o sí, ya sea como intérpretes o como autores (espero que nunca suceda, aunque Rebeca lo consiguió como autora del “I love you mi vida” de Nash que nunca entendí y este año dicen que vuelve aunque aún no haya señal de vida; y Roel ya está presente como autor de la canción de Javier Mota, que no está mal del todo, la verdad). O Mirela, que tras su paso por “Misión eurovisión” (programa que en mi opinión hizo mucho daño en este sentido), lo ha intentado un par de veces, sin éxito. Este año Mirela ha decidido no presentar candidatura, pero sí lo ha hecho su compañera de programa Yanira Figueroa, que desperdicia su talento en una canción que más vale olvidar pronto.

Larga es la lista de artistas que por un motivo o por otro se empeñan el alcanzar el sueño eurovisivo, pero este año hay que destacar tres, porque creo que son las que lo hacen con más fuerza, con más ganas y, por qué no decirlo, con más posibilidades: Coral, Anabel Conde y Ainhoa. Tres artistas que estuvieron a punto de conseguir su sueño de ser “divas eurovisivas”, hasta que fueron eclipsadas (injustamente o no) por otros artistas.

En el caso de Coral fue una verdadera vergüenza que el innombrable de Chikilicuatre le arrebatara su sueño de representarnos con el estupendo “Todo está en su mente” (aunque ese año yo estaba con La Casa Azul, hubiera sido una representación estupenda). Este año Coral vuelve, y con más fuerza si cabe, ya que a día de hoy creo que es la candidatura con más enteros para estar en Oslo. Hay que verla en directo y esperar a escuchar el resto de candidatos, pero a día de hoy es la única que al imaginarla en Eurovisión me pone los vellos de punta.


Anabel tiene una cuenta pendiente con el festival. O el festival con ella. Favorita de la prensa especializada y de todos los asistentes (gran ovación en Dublín y el público en su puño con esa voz) tuvieron que venir “Secret Garden” y su mágico “Nocturne” para dejarla en un segundo lugar. Y pese a ser la mejor posición de España en los últimos años, Anabel ha caído en el olvido y ha sido injustamente tratada en numerosas ocasiones. Anabel vuelve en plena forma, con un baladón a su medida que esperamos esté en la final para ver las posibilidades que puede tener esta gran artista. Muero por verla en directo, puede dejarnos a todos con la boca abierta.


Ainhoa era la trinfadora de la tercera edición de OT y a priori la que tenía todas las papeletas para ir al festival (lo vimos claro con su increíble versión de “Sobreviviré” en una de las galas, cuando nuestro representante aún salía de la Academia musical más famosa del país). Pero unas rastas y un tema más que pegadizo, “Dime”, se cruzó por su camino y dejaron a Ainhoa en casita. Me sorprende que quiera volver, creía que si carrera musical no iba por este camino (a saber las razones), pero lo hace y con tema peculiar. Pero lo raro también tiene su rollo, no?


Veo más espinitas clavadas en Lorena, Mimi o Daniel Diges, aunque más profundas. Pero de ello y de sus candidaturas hablaremos otro día.