viernes, 13 de marzo de 2009

¿Qué hubiera pasado si hubiera ido...?


Las principales páginas de Internet dedicadas al festival la daban ya como favorita al día siguiente de ser elegida y la prensa la denomina “la Barak Obama eurovisiva” (no son pocas las coincidencias: dura campaña hacia el triunfo, victoria ajustada, grandes expectativas puestas en su “mandato” y el lema “yes, we can” en muchos de los videos dedicados a pedir el voto para España). Soraya estará en el futurista escenario (ya hemos visto el diseño y es impactante) de Moscú representando a nuestro país en el mayor evento musical y televisivo de Europa (no me atrevo a decir del mundo, seguro que los americanos superan algunas cifras con la Super Bowl o algo así). Es la primera vez en muchos años que TVE elige con el beneplácito de los “eurofans” (entre los que a veces me incluyo, según me convenga), verdaderos seguidores y conocedores del festival. El principio pinta bien: la canción es pegadiza y “eurovisiva” (aunque personalmente creo que llega con algunos años de retraso, ya lo he dicho alguna vez, pero en su presentación oficial la extremeña ya ha declarado que se plantearán algunos cambios como una introducción y un final algo más contundentes, más guitarra esañola y puede mejorarse considerablemente) y ella es actualmente la artista mas “festivalera” del panorama patrio (con permiso de Mónica Naranjo, Marta Sánchez y tantas otras que también lo han sido siempre, pero a las que quizá se les ha pasado el arroz) por su imagen, su fuerza y su buen hacer sobre el escenario.


Ahora Soraya apostará por este proyecto al 100%, llevando “una puesta en escena que hará historia” (según sus propias palabras) y va a ganar. Ya es algo. El mismo título de la canción es toda una declaración de intenciones: “La noche es para mí”. Hace años (quizá desde nuestra Rosa) que España no va al festival con esa intención, sino más bien a cumplir, y ese es un buen punto de partida. Mi pregunta ahora es en qué medida podrá hacerlo, pues bien es sabido el poco apoyo que recibirá por parte de TVE. Muchos fueron los artistas con grandes proyectos para su actuación que ante el escaso apoyo de la organización se vieron obligados a hacer o que buenamente pudieron. Para empezar, por parte de TVE no habrá promoción. Se limitarán a publicar el video de la canción con subtítulos en inglés y en francés (¿por qué no en ruso, ya que este año es en Moscú y es el idioma de muchos, muchos países participantes?) y alguna otra cosilla en el canal internacional. Es insuficiente, me temo, cuando otras delegaciones ya han puesto en marcha toda una gira por Europa con el fin de promocionar a sus representantes y sus canciones. Quizá el gasto es excesivo. O quizá nunca nos tomaremos en serio esto del festival. Pero nuestra Soraya se ha tomado esto en serio, según parece, y ya ha anunciado actuaciones en Grecia, Reino Unido, Países Bajos, Turquía y Bélgica. Parece que eso de tener detrás a una discográfica potente (Vale Music) a la que le interesa que Soraya haga una buena actuación es un buen aval.


Pero vistas las actuaciones de la final de nuestra preselección, es inevitable y casi obligatorio pensar en qué papel hubiera hecho Melody, auque no sé si para eso deberíamos esperar a saber cuál es nuestro resultado el 16 de mayo. Pero todos los que nos reíamos y hacíamos chistes maliciosos contra “la gorilera abandonada” hemos de rendirnos ante la evidencia y reconocer que la sevillana es un animal en el escenario y hubiera sido una muy buena propuesta, con o sin Vivancos. Quizá Soraya es más internacional, pero precisamente porque Melody es más racial, “más nuestra”, hacía de ella una alternativa interesante, como consideró el mismo jurado al otorgarle la máxima puntuación. Además, ¿acaso no es este un festival de culturas?, ¿no estaría bien que nos representara una canción con nuestros rasgos más tradicionales como lo hacen otros países como Turquía, Grecia, Serbia, etc., etc.? Es cierto que las anteriores ocasiones en las que lo hemos intentado los resultados han sido pésimos (desde Conchita Bautista, nuestra primera representante que quedó en último lugar, hasta Son de Sol, el último intento “100% español”, pasando por Antonio Carbonel, Remedios Amaya, Peret y Eva Santamaría, entre otros), pero también es cierto que la propuesta de Melody es más moderna, más actual, y que la niña le imprime un carácter y una fuerza que los anteriores no llevaban. A Azúcar Moreno, por ejemplo, les funcionó y ahí está ese fabuloso 5º puesto, con fallo en el audio y todo.


No es que dude en el último momento de la buena elección de este año, estoy seguro de que si la puesta en escena es adecuada haremos un buen papel (aunque no ganaremos, eso ya lo puedo adelantar, que nadie se haga ilusiones) pero es que España siempre fue un país en el que dejamos pasar grandes oportunidades, y en nuestras preselecciones tenemos muchos ejemplos. He aquí algunos.


Corría el año 2001. TVE dejaba en manos del público la decisión de elegir a nuestro representante. Los candidatos actuaron en una gala súper hortera que ese año se presentaba bajo el título de “Eurocanción”, presentado por Mikel Herzog (no sé en qué momento nuestra televisión lo convirtió en uno de sus “expertos eurovisivos”, cuando tuvo una participación más que discreta en el festival con aquel meloso “Qué voy a hacer sin ti” que a un servidor, por supuesto, le encantaba). Aquel año elegimos a un jovencísimo David Civera, que con su simpatía y una canción más que pegadiza se hizo con el público (claro que si llegamos a saber que años más tarde nos atormentaría con el “Que la detengan” otro gallo hubiera cantado). No lo hizo mal el toledano a su paso por el festival, la archifamosa “Dile que la quiero” consiguió un honroso 6º lugar y se convirtió en la canción del verano. Además devolvió al festival la audiencia que necesitaba. Pero en esa misma gala de “Eurocanción” se presentaba una joven gaditana bajo el sobrenombre de Luna. Años más tarde cambiaría su nombre por Merche y se convertiría en una de las voces femeninas más importantes del panorama musical y todo un número uno de ventas. Presentaba “No me pidas más amor”, que meses más tarde y gracias a la ayuda de Gran Hermano y la poderosa Vale Music se convirtió en todo un “Hit” y no sólo en nuestro país. ¿Qué papel hubiera hecho Merche en el festival con su más que demostrada presencia, imagen y resolución sobre el escenario? Nunca lo sabremos.


Al año siguiente, rompiendo récords de audiencia, llegó a nuestras vidas uno de esos programas que nos cambió la vida. La Academia más famosa de la pequeña pantalla abría sus puertas y comenzaba “Operación Triunfo” (Con Carlos Lozano, Nina, y ¡¡Pilar Tavares!!). Como no podía ser de otra forma, la Rosamanía llegó hasta sus últimas consecuencias y decidimos que era la mejor apuesta para el festival con esa horterada del “Europes living a celebration”. De la pollería a Eurovisión, ¡hala!. Incluso nos hicieron creer que teníamos posibilidades de ganar… je je… pobres ilusos… Dejamos pasar, ¡ay de nosotros!, aquel torbellino con rizos y ese “Corazón latino”, toda una bomba con ritmo, acordes pegadizos y coreografía impactante que, estoy seguro, hubiera dado que hablar en un festival más bien soso como fue el de ese año. No me cabe la menor duda de que Bisbal hubiera hecho un mejor papel que aquella Rosa de España perdida en el escenario, horrorosamente vestida y con coreografía de fiesta de fin de curso (cuando Poty se luce, lo hace bien). De hecho ahí lo tenemos, vendiendo discos como churros en todos los rincones del mundo.



Y pasó otro año, y lo volvimos a hacer. Pero en esta ocasión, me da que había otros sentimientos de por medio. Sentimientos regionales, para ser más exactos. Les explico: esa edición de OT la ganó Ainhoa, una elección más que justa en mi opinión, pero que fue muy polémica en su momento. Y en eso, el País Vasco tuvo mucho que ver, pusieron a su representante en lo más alto (a mi me ganó con su “Sobreviviré”). Pero claro, los vascos una vez conseguida la vistoria tampoco es que tuvieran demasiado interés en representar a España en Eurovisión. Los catalanes tampoco, la verdad, pero Beth, con su cuerpo menudo y sus rastas, caía mucho más simpática. Así que mandamos la mediocre “Dime” (canción que, no e spor nada, bordo en el “Singstar”), dejando una maravilla como era “Mi razón de vivir”, una canción a medio tiempo con subida de tono y final con “golpe de melena” tan del gusto festivalero y donde Ainhoa lucía esa voz tan maravillosa y personal que tiene.
Personal también era la voz de la catalana, pero los gallos en su directo impidieron que el resto de Europa lo apreciara.


Volvió la tercera edición de OT (última en TVE y por tanto, última vez que nuestro representante saliera de la Academia). Descartado el vencedor de esa edición, Vicente, por tener una voz más de Festival de Benidorm o de la OTI, mandamos al canario más soso del planeta (con permiso de Pedro Guerra, que también lo es, pero que se le perdona por ser feo y dar penita, siempre descalzo): Ramón. El chico era guapetón, y lo hizo mejor de los que esperábamos todos, la verdad, pero la mejor apuesta de ese año, sin dudarlo ni un segundo, era Davinia con su tema “Mi obsesión”, canción eliminada inexplicablemente por el jurado en una de las primeras galas (aún recuerdo los abucheos del público en señal de protesta y mi indignación superlativa). Creo que, junto a quien era el amor secreto de Bárbara Rey, es uno de los temas de Estado que nos deberían de aclarar alguna vez.

En el 2005, sin las gallinas de los huevos de oro (OT), arrebatada por Telecinco, volvimos al horror de las galas (a ver si pensáis que lo de las galas espantosas es una novedad de este año, que va, llevan años ensañando hasta llegar al horror más absoluto). Era casi imposible sacar algo digno de esta preselección así que nos quedamos con, digamos, “la menos mala”. Son de Sol y su “Brujería” no hechizaron a nadie y se estrellaron de lo lindo en el festival. Visto esto, ¿no nos hubiera salido más a cuenta mandar a esas divertidísimas Supremas de Móstoles? No es que hubieran hecho historia en el festival, pero al menos habrían llamado más la atención con su simpatía, sus llamativos atuendos y una canción pegadiza y facilota y eso se hubiera notado en los resultados, fijo.


Pero sin duda, el peor año de las oportunidades perdidas, el año en el que peor lo pasamos fue el pasado, cuando una España sin cabeza y sin sentido decidió que ese actorcillo de comparsa (cuyo nombre, recordarán, prometí no volver a pronunciar) debía de hacer el más espantoso de los ridículos. La culpa, claro, es de TVE que puso en manos de MySpace el proceso de selección con un sistema con fallos y fraudes por todos lados. Ahora, que el títere de Buenafuente lo pagó y caro, y en su pecado llevó su condena. Abucheado en todos sus ensayos y ninguneado durante todo el festival, él mismo lo pasó fatal y se le notó más que hundido en su actuación, consciente de ser la única pieza sin encajar en uno de los mejores festivales (musicalmente hablando) de los últimos años. Lástima y vergüenza que se asociara aquel despropósito con los colores de mi país. Dejamos pasar ese año, como no, estupendas opciones como eran Coral o La Casa Azul, las dos estupendas opciones con grandes posibilidades de hacer una representación más que digna. Pero elegimos mal, para variar.


Nunca sabremos si deberíamos habernos quedado con Melody, lo que sí sabemos es que este año al menos tenemos la seguridad de que mandamos algo bueno y podemos sentirnos orgullosos de nuestra representante. El top 10 lo tenemos seguro, y Soraya va a ganar, pero habrá que esperar al 16 de Mayo para saber si la noche será para España o no. Por ahí ya hablan de Barcelona 2010, personalmente creo que es mucho soñar. Pero soñar no cuesta nada.

3 comentarios:

Evita dijo...

Cariño te has hinchado de escribir, la verdad es que te lo curras mucho.

Pero pa otra vez puedes escribir dos entradas y el texto no es tan largo, jajjajajajaja

Evita dijo...

Mira ve planeando la fiesta de Eurovison!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Quisiera saber quien ha sido la persona responsable de redactar el post anterior, ya que ha resultado de enorme interes para m