miércoles, 25 de marzo de 2009

Nominadas


Gran espejo del servicio de señoras. Reflejadas en él todas las puertas abiertas de los retretes vacíos. La cara de Leonor aparece desde abajo, inspirando fuertemente y mirando su reflejo. Se mira fijamente. Es una mujer de unos 60 años, delgada, muy maquillada.
Se abre la puerta, por la que se cuela, además de el sonido de la entrega de premios celebrada en el salón de actos, Sol, una joven atractiva. Vemos por el espejo, como se coloca tras Leonor.
Leonor viste una túnica de amplias mangas de color fucsia y luce su alborotada melena rubia. Sol, mucho mas sobria, con vestido negro largo, ajustado, y el pelo recogido, tirante. Ambas se miran unos minutos, hasta que por fin se rompe el silencio y con él, la tensión creada.


SOL: ¿Preparándote para tu gran momento?
LEONOR: Oh, no tengo tan claro que vaya a ser mi momento, la competencia en dura (la mira de arriba a abajo). Por cierto, no he tenido la oportunidad de felicitarte por tu nominación, espero que no sea demasiado tarde. ¡Oh, qué orgullo estar nominada con gente tan joven y con tanto talento! Te mereces el premio tanto o más que yo, eres una actriz estupenda.
SOL: Muchas gracias. Apuesto a que ni siquiera has visto la película.
LEONOR: (Incómoda) Pues… no, no la he visto, no suelo ir mucho al cine, pero sólo hay que leer las críticas, te ponen por las nubes, están todos encantados contigo. Eres la actriz del momento. No me extrañaría nada que el premio fuera tuyo, eres tan joven, y estás tan guapa…
SOL: Bueno, no es un concurso de belleza.
LEONOR: No quería decir eso…
SOL: Ya… sé lo que querías decir. Yo sí he visto tu película y el premio será para ti. Te lo mereces. Por este trabajo y por tus 30 años de carrera.
LEONOR: Llevo toda mi vida dedicada a esto, pero quien sabe si ha sido un buen trabajo.
SOL: No seas modesta, este último papel te viene que ni pintado.
LEONOR: ¿Tratas de decirme algo?
SOL: No lo tomes a mal, pero nadie mejor que tú podía reflejar las luces y las sombras de una gran diva en sus últimos años.
LEONOR: Espero, querida, que estés elogiando mi interpretación y no haciendo absurdos paralelismos con mi vida, no te lo permitiría.
SOL: Sólo estoy diciendo que te admiro como actriz.
LEONOR: Ya, pero no como persona.
SOL: Bueno, quizá no es culpa tuya, sólo que le has dedicado más tiempo a una cosa que a la otra. Como actriz te mereces el premio de esta noche, como persona…
LEONOR: ¿Cómo persona qué? ¡Qué sabes tú de mi vida! No tienes ni idea de lo que han sido estos 30 años. No los cambiaría por nada, pero te aseguro que no han sido fáciles.
SOL: Esto no es fácil para nadie.
LEONOR: Ahora para vosotros todo es mucho más fácil. A algunas sólo les hace falta ser una chica mona y hacer de puta, de drogadicta o enseñar el coño en una película para meterte a la crítica, a los productores y a la profesión en el bolsillo. Yo llevo toda la vida luchando para estar donde estoy. Siempre he sido demasiado delgada, demasiado alta o ha habido alguien mucho más guapa que yo. El talento era lo de menos. Durante años tuve que conformarme con ser la eterna secundaria. Así pasaron los años, hasta que alguien decidió que era demasiado mayor para el cine. La gente no va al cine para ver arrugas. El teatro y la televisión me dieron entonces de comer, pero tuve que aguantar las críticas de la prensa y de los compañeros. Con esta película siento como si el cine hubiera saldado su cuenta pendiente conmigo. Y aunque sea, como tú has dices, como una “antigua dama del escenario”, sinceramente, querida, creo que lo merezco. No soy tonta, sé que los premios que me dan ahora reconocen reconocen estos 30 años de carrera. Y no me importa. Sólo hay una cosa que no toleraría: que me lo dieran por lástima. Y sé que no es así, me lo merezco. A mi edad la modestia es sólo un disfraz de la autocompasión, así que tengo claro que merezco, por una vez en la vida, ser la verdadera protagonista.

Leonor saca de su bolso un paquete de tabaco y enciende un cigarrillo.

SOL: ¡Qué emotivo! Este debería ser tu discurso cuando recojas el premio. Aunque todo el mundo sabrá que te dejas algunas cosas en el tintero y que no siempre has sido tu la mártir.
LEONOR: (Absorta en el humo del cigarrillo) Tienes razón, el trabajo no lo es todo y mientras luchaba por salvar mi carrera el barco de mi vida se iba a la deriva, pero no se puede luchar por lo que quieres sin sacrificar algunas cosas.
SOL: Qué lástima que sacrificaras lo más importante.
LEONOR: Quizá no haya sido ni una esposa ni una madre ejemplar, pero sólo intenté hacer lo mejor.
SOL: ¿Lo mejor para quien?
LEONOR: ¡Nadie tiene derecho a juzgarme! Y menos tú…
SOL: ¿Por qué no? ¿Porque lo he tenido todo tan fácil, según tú? Tú tampoco tienes ni idea. Desde abajo las cosas no son sencillas, ¿sabes? Hoy abrirse camino en esta profesión es una lucha constante. Cientos de castings en los que tienes que dar una imagen perfecta y donde todos son más guapos, están más preparados y tienen más experiencia que tú. Siempre pensando en la báscula porque en las agencias te dicen que las gorditas no trabajan y tan preocupada por tu pelo, tu ropa y tu cutis que a veces se te olvida por lo que estás luchando realmente. A mí me ha llegado una oportunidad y sólo he hecho lo que cualquiera en mi lugar: aprovecharla. Estoy muy agradecida por ello, pero no le debo nada a nadie y nadie me ha regalado nada. No me han hecho falta 30 años para estar esta noche aquí, pero no dudes ni por un momento que yo también merezco estar aquí.
LEONOR: No lo dudes, cariño, la mejor admiradora de una actriz es siempre una misma. Con los años también descubrirás que eres tu mejor representante.
SOL: A veces hablas como tus personajes.
LEONOR: Todos los personajes llevan parte de ti, y de todos te llevas algo… Hay cosas que no te enseñan en las escuelas, cielo. Se aprende de los errores, aunque algunos pueden evitarse. Pese a todo somos unas privilegiadas… y no sólo lo somos, también debemos parecerlo (Ríe mientras rebusca en su bolso, acercándose al espejo) ¿Dónde coño está la barra de labios? (La saca y se retoca la pintura).
SOL: Siempre perfecta…
LEONOR: A cierta edad ya no puedes estar perfecta, sólo debes intentar estar digna. Tú, en cambio, estás… radiante.
(Guardando las pinturas en el bolso y caminando hacia la puerta) Deberíamos volver, el siguiente es nuestro premio y si no estamos en nuestros asientos van a pensar que nos estamos matando la una a la otra (Ríe).
SOL: (Con intención) ¿No es lo hemos hecho?

Silencio incómodo mientras las dos se miran. Leonor abre la puerta y llega el sonido de la entrega de premios. Nombran a las nominadas como mejor actriz, entre ellas Leonor y Sol- Segundos de silencio. Leonor cierra los ojos. Sol la mira.
“El premio es para… ¡Leonor del Valle!” anuncia uno de los presentadores. Ambas se miran de nuevo, se les saltan las lágrimas. Leonor respira hondo y camina altiva. Sol se queda en el baño mirando la puerta.

SOL: Felicidades, mamá.

lunes, 23 de marzo de 2009

Por dónde van los tiros


Ya conocemos el orden en el que actuarán los países en el festival y parece que el viento sigue soplando a nuestro favor este año. En el sorteo, aquel país que salga en la primera bola extraída (en esta ocasión utilizaron Matriuskas, no me digáis que no son divinos los rusos) tiene la opción de elegir en qué posición defenderá su tema. Pues bien, los elegidos fuimos nosotros, España, y nuestra delegación escogió actuar en última posición, cerrando así las actuaciones de la gran final (que en total serán 25) y por consecuencia, ser los primeros en dar nuestra puntuación. Sabia decisión, pues es bien sabido que las últimas canciones son más fáciles de retener por la audiencia y por lo tanto tienen más posibilidades de obtener el apoyo del televoto. Y es que actuar entre los últimos es una de las claves del festival, como se ha demostrado en los últimos años, en los que las canciones vencedoras aparecieron entre los 10 últimos. Pero no es esta la única clave.

Al igual que en el mundo de la música nadie tiene la fórmula para que una canción triunfe (aunque Georgie Dann creyó tenerla durante varios veranos), nadie conoce el secreto para lograr el éxito de un tema o un artista en Eurovisión. Pero en más de 50 años de historia y observando las tendencias que marcan las anteriores ediciones algunas pistas sí que hay. Incluso existen algunos “recursos” a los que se recurren una y otra vez (porque son conocidos sus efectos positivos en las puntuaciones) y que hacen del festival, en momentos puntuales, algo previsible, familiar y tremendamente divertido. Algunos países se empeñan en probar una y otra vez con la misma fórmula, unas veces con más éxito que otras; mientras que otros intentan romper tendencia y marcar un nuevo camino (rara vez se consigue, pero los hay). Así, hay canciones que denominamos “festivaleras” (que siempre quedan bien exceptuando algún batacazo que otro, como el de Suecia del año pasado, incomprensible) y otras que, aunque no lo son tanto si reúnen una serie de factores que están dentro de los “eurotópicos”. Estos son algunos de ellos:

1. El estribillo.
La canción de cada país no puede durar más de tres minutos, por lo tanto el mensaje ha de ser claro y directo. El estribillo en una canción tan corta tiene más peso de lo normal, claro, más cuando intentas que la gente se quede con él hasta que llegue el momento de votar. A Massiel, por ejemplo le vino de perlas ese estribillo que lo podría cantar hasta un chino. Hay incluso canciones ganadoras que sólo son eso, estribillos, y que se te meten en la cabeza de una manera… reconocedme que el “Vivo Cantando” de Salomé será muy bonito y ganamos, y todo lo que quieras, pero pasado del minuto 1 es insoportable. Pues cada año hay alguna de ese tipo.

2. La subida de medio tono.
No hay nada más efectivo que la subida de medio tono en el último estribillo de la canción, dando así fuerza al final y encaminando la melodía hacia el impactante final (otra de las claves fundamentales de la que hablaremos más adelante). Este recurso es bastante común no sólo en el festival, sino en las canciones que suenan a diario en nuestros iPods, pero en Eurovisión es, a veces, casi imprescindible, siendo los suecos los maestros, por supuesto. Y es que Suecia, que siempre se ha tomado muy en serio esto del festival, es la que mayor números de “tópicos” ha mandado año tras año, algunos incluso me atrevería a decir que los impusieron ellos (durante años las canciones con ese “aire Abba” han sido éxito seguro) y lo cierto es que hasta la llegada de los países de Este más o menos les funcionaba.

3. El golpe de melena y/o golpe final.
Si eres rubia (nórdica, o sueca o de algún país de estos…) tienes una melena cuidada religiosamente para tu gran noche europea e incluyes en tu canción la subida de tono antes mencionada, entonces tu canción terminará en uno de esos “ta ta ta chán” que tanto gustan, al tiempo que giras la cabeza rápidamente y terminas mirando a cámara, manteniendo la mirada y con el pelo en la cara. Te has convertido en una de las reinas de la noche. Charlotte Nilsson (ahora Perrelli) lo sabía perfectamente y fue esto el empujón definitivo para que le diera el triunfo a Suecia con su "Take me to your heaven" en el 99.

4. El grito en el puente de la canción.
Después de una breve parte instrumental (entre el segundo estribillo y los bises y antes de la subida de tono), deja que el coro cante el estribillo y tú, como solista, escoge alguna parte de la letra, o una sola palabra para demostrar tu capacidad vocal. Si eres capaz de llegar tan alto en tus “gritos” que sólo los delfines puedan seguirte, dejarás a Europa con la boca abierta y se habrán saltado las venas de la garganta, pero estarás en el Top 5 fijo. El ejemplo más claro lo tenemos en nuestra Anabel Conde, que con una canción más que simple pero con su derroche de voz, estuvo sólo a un paso de traerse el festival a casa.

5. El minivestido brillante para ellas.
Ani Lorak y Charlotte Perrelli fueron el año pasado el máximo exponente de esta tendencia en la indumentaria femenina en el festival. Hasta tal punto, que las dos eligieron vestidos más que similares, ambos elaborados con cristales Swarovski (Nome digáis que no es divino!). Y nuestra Soraya, que es mu larga ella, se “inspiró” (por ser bueno) en ellas para el vestuario de su actuación en la final de nuestra preselección.
Lo que está claro es que en unos escenarios cada vez más impresionantes, con pantallones, iluminación y demás hay que destacar, y un buen modelazo es importante.


6. Enseñar torso para ellos.
Entre los chicos la cosa es más complicada. Aunque más de uno ha optado ya por el modelito de brillantes, como Verka Serduchka, representante de Ucrania en el 2007 (claro que más que él deberíamos decir ella, pero vestido cual bola de discoteca revolucionó y de qué manera el escenario) con excelente resultados, todo hay que decirlo (quedaron 2º), no es una opción viable para ellos. Es mejor lucir palmito, que también funciona. No olvidemos por un lado que estamos hablando del evento gay por excelencia y por otro, que son las chicas las que más votan, asi que lucir parte de una buena anatomía previamente currada en el gym puede reclutar a legiones de fans. El mismo Dima Bilan, vencedor el año pasado, incluyó el “descamise” en su cuidada puesta en escena y Sakis Rouvas, icono de la belleza griega que nos regaló estupendas imágenes dejándose arrancar la chaqueta por sus bailarinas y quedándose en una más que sugerente camiseta de tirantes, evidenciando su perfecto cuerpo. Otra opción es la de los bailarines, con cuerpos más trabajados y siempre dispuestos a lucir palmito.

7. Los "artefactos".
En los últimos años hemos visto casi de todo: desde la pista de hielo de Diman Bilan, hasta un libro gigantesco del que aparecía un enorme corazón de Kalomoira (la representante griega), pasando por la plataforma de varios niveles y juegos de luces de Ani Lorak, la vencedora para muchos del pasado festival. Bailarines saliendo del piano, antorchas, fuego, banderas, telas… todo vale para llamar la atención sobre un escenario en el que pasar desapercibido es la muerte. Mi pregunta es ¡¿cómo mandarán todos estos artilugios?! ¡¡Si nuestra Beth tuvo problemas en el aeropuerto sólo porque llebava un top metálico!!


8. El “hadicap”.
Tener algún “handicap” a la hora de subirse al escenario es algo que te aporta promoción gratis, y por lo tanto, tu canción juega con alguna ventaja. Por ejemplo, la victoria de Dana Internacional y su “Diva” estaba cantada, no sólo porque su “Diva” era pegadiza y festivalera a más no poder, sino porque representar a Israel siendo transexual tiene un morbo añadido.
Algo que sorprende aún mucho es la presencia de invidentes. Muchos han pasado por el festival, desde nuestro Serafín Zubiri (y dos veces, nada menos), hasta Diana Ghurtskaia, la representante de Georgia del año pasado. Cuentan con el favor del público, así de entrada, y algunos puntos lo suman por el mensaje de superación y de esfuerzo que transmiten a la audencia.
También tener algún kilo de más suele obtener buenos resultados. Es cierto, que tienen muy buenas voces, pero además están muy bien valoradas en cualquier competición artística. Rosa, Chiara (dos veces segunda posición para Malta), Vania Fernández (la mejor canción, con diferencia del año pasado) o Marija Serifovic, vencedora en 2007 con su físico particular, son algunos de estos ejemplos.



Soraya ya tiene su puesta en escena preparada, con sugerencias y reuniones con los eurofans, que estoy seguro, le habrán aconsejado bien. Sabemos que le acompañarán dos chicas a los coros y dos chicos como bailarines. Ya han empezado los ensayos y promete “algo nunca visto en Eurovisión”. Esperemos que le funcione, por primera vez en mucho tiempo, parece que vamos a competir, y eso para nosotros ya es mucho. La noche, Soraya, puede ser para ti.

jueves, 19 de marzo de 2009

Una declaración de Amor


Como ya es habitual en su filmografía, después de un gran éxito Almodóvar vuelve a un universo más personal, pero con gran carga dramática. Lo hizo tras “Todo sobre mi madre” rodando la genial “Hable con ella” y lo hace con “Los abrazos rotos” tras la fabulosa “Volver”. Pedro vuelve a llevarnos a sus recovecos narrativos llenos de secretos, dobles identidades, saltos el tiempo, juegos entre realidad y ficción, historias paralelas y diversidad de género, como ya lo hiciera en la fallida “La mala educación”, pero con mucho mejor resultado.
El director manchego hace malabarismos y nos lleva con verdadero virtuosismo desde la comedia más almodovariana (la genial 'Chicas y maletas', un remake de 'Mujeres al borde un ataque de nervios') al melodrama más desenfrenado, pasando por el noir de los 40. Toda una demostración artística de la que sólo Pedro Almodóvar es capaz de salir vencedor y de la que, salvo algunos momentos con un ritmo demasiado pausado y algunas secuencias algo alargadas, funciona de manera admirable.

Da la impresión de que 'Los abrazos rotos' es un cúmulo de emociones, ideas, diálogos e imágenes que el director quería mostrar desde hace tiempo. Y ha sabido aderezarlo de la mejor manera posible: al ritmo de la música de Alberto Iglesias y con un reparto en estado de gracia. Es básicamente una gran historia de amor, pero también una declaración y un homenaje al cine, las películas y todos los que trabajan en ellas. “Las películas hay que acabarlas, aunque sea a ciegas” es la frase con la que termina el film, todo un mensaje y una declaración de intenciones.

Una película de un romanticismo feroz, imágenes coloristas y que contiene alguno de los momentos más poderosas del cine de Almodóvar y que pasarán ya a la historia del cine: Mateo Blanco (Lluis Homar) acariciando la pantalla, "viendo" a través de sus manos el último beso que dio a Lena (Penélope Cruz); la doble confesión de Lena (Penélope Cruz) a su marido, doblándose a si misma; el puzzle de fotos rotas; la confesión de Judit (Blanca Portillo); la escena de Carmen Machi; el vestido de cadenas doradas, etc. Secuencias que se quedan grabadas automáticamente en nuestras retinas y que nos hacen comprender de inmediato por qué al cine lo llaman el séptimo arte.


Lo mejor: Penélope Cruz, Lluis Homar y Blanca Portillo, grandes, grandes, grandes. Carmen Machi, simplemente genial. La versión de “A ciegas” de Alberto Iglesias cantada por Miguel Poveda en los créditos del final.

Lo peor: Los jóvenes rechinan a veces frente a la maestría de los demás intérpretes. Algunos momentos son demasiado largos.

viernes, 13 de marzo de 2009

¿Qué hubiera pasado si hubiera ido...?


Las principales páginas de Internet dedicadas al festival la daban ya como favorita al día siguiente de ser elegida y la prensa la denomina “la Barak Obama eurovisiva” (no son pocas las coincidencias: dura campaña hacia el triunfo, victoria ajustada, grandes expectativas puestas en su “mandato” y el lema “yes, we can” en muchos de los videos dedicados a pedir el voto para España). Soraya estará en el futurista escenario (ya hemos visto el diseño y es impactante) de Moscú representando a nuestro país en el mayor evento musical y televisivo de Europa (no me atrevo a decir del mundo, seguro que los americanos superan algunas cifras con la Super Bowl o algo así). Es la primera vez en muchos años que TVE elige con el beneplácito de los “eurofans” (entre los que a veces me incluyo, según me convenga), verdaderos seguidores y conocedores del festival. El principio pinta bien: la canción es pegadiza y “eurovisiva” (aunque personalmente creo que llega con algunos años de retraso, ya lo he dicho alguna vez, pero en su presentación oficial la extremeña ya ha declarado que se plantearán algunos cambios como una introducción y un final algo más contundentes, más guitarra esañola y puede mejorarse considerablemente) y ella es actualmente la artista mas “festivalera” del panorama patrio (con permiso de Mónica Naranjo, Marta Sánchez y tantas otras que también lo han sido siempre, pero a las que quizá se les ha pasado el arroz) por su imagen, su fuerza y su buen hacer sobre el escenario.


Ahora Soraya apostará por este proyecto al 100%, llevando “una puesta en escena que hará historia” (según sus propias palabras) y va a ganar. Ya es algo. El mismo título de la canción es toda una declaración de intenciones: “La noche es para mí”. Hace años (quizá desde nuestra Rosa) que España no va al festival con esa intención, sino más bien a cumplir, y ese es un buen punto de partida. Mi pregunta ahora es en qué medida podrá hacerlo, pues bien es sabido el poco apoyo que recibirá por parte de TVE. Muchos fueron los artistas con grandes proyectos para su actuación que ante el escaso apoyo de la organización se vieron obligados a hacer o que buenamente pudieron. Para empezar, por parte de TVE no habrá promoción. Se limitarán a publicar el video de la canción con subtítulos en inglés y en francés (¿por qué no en ruso, ya que este año es en Moscú y es el idioma de muchos, muchos países participantes?) y alguna otra cosilla en el canal internacional. Es insuficiente, me temo, cuando otras delegaciones ya han puesto en marcha toda una gira por Europa con el fin de promocionar a sus representantes y sus canciones. Quizá el gasto es excesivo. O quizá nunca nos tomaremos en serio esto del festival. Pero nuestra Soraya se ha tomado esto en serio, según parece, y ya ha anunciado actuaciones en Grecia, Reino Unido, Países Bajos, Turquía y Bélgica. Parece que eso de tener detrás a una discográfica potente (Vale Music) a la que le interesa que Soraya haga una buena actuación es un buen aval.


Pero vistas las actuaciones de la final de nuestra preselección, es inevitable y casi obligatorio pensar en qué papel hubiera hecho Melody, auque no sé si para eso deberíamos esperar a saber cuál es nuestro resultado el 16 de mayo. Pero todos los que nos reíamos y hacíamos chistes maliciosos contra “la gorilera abandonada” hemos de rendirnos ante la evidencia y reconocer que la sevillana es un animal en el escenario y hubiera sido una muy buena propuesta, con o sin Vivancos. Quizá Soraya es más internacional, pero precisamente porque Melody es más racial, “más nuestra”, hacía de ella una alternativa interesante, como consideró el mismo jurado al otorgarle la máxima puntuación. Además, ¿acaso no es este un festival de culturas?, ¿no estaría bien que nos representara una canción con nuestros rasgos más tradicionales como lo hacen otros países como Turquía, Grecia, Serbia, etc., etc.? Es cierto que las anteriores ocasiones en las que lo hemos intentado los resultados han sido pésimos (desde Conchita Bautista, nuestra primera representante que quedó en último lugar, hasta Son de Sol, el último intento “100% español”, pasando por Antonio Carbonel, Remedios Amaya, Peret y Eva Santamaría, entre otros), pero también es cierto que la propuesta de Melody es más moderna, más actual, y que la niña le imprime un carácter y una fuerza que los anteriores no llevaban. A Azúcar Moreno, por ejemplo, les funcionó y ahí está ese fabuloso 5º puesto, con fallo en el audio y todo.


No es que dude en el último momento de la buena elección de este año, estoy seguro de que si la puesta en escena es adecuada haremos un buen papel (aunque no ganaremos, eso ya lo puedo adelantar, que nadie se haga ilusiones) pero es que España siempre fue un país en el que dejamos pasar grandes oportunidades, y en nuestras preselecciones tenemos muchos ejemplos. He aquí algunos.


Corría el año 2001. TVE dejaba en manos del público la decisión de elegir a nuestro representante. Los candidatos actuaron en una gala súper hortera que ese año se presentaba bajo el título de “Eurocanción”, presentado por Mikel Herzog (no sé en qué momento nuestra televisión lo convirtió en uno de sus “expertos eurovisivos”, cuando tuvo una participación más que discreta en el festival con aquel meloso “Qué voy a hacer sin ti” que a un servidor, por supuesto, le encantaba). Aquel año elegimos a un jovencísimo David Civera, que con su simpatía y una canción más que pegadiza se hizo con el público (claro que si llegamos a saber que años más tarde nos atormentaría con el “Que la detengan” otro gallo hubiera cantado). No lo hizo mal el toledano a su paso por el festival, la archifamosa “Dile que la quiero” consiguió un honroso 6º lugar y se convirtió en la canción del verano. Además devolvió al festival la audiencia que necesitaba. Pero en esa misma gala de “Eurocanción” se presentaba una joven gaditana bajo el sobrenombre de Luna. Años más tarde cambiaría su nombre por Merche y se convertiría en una de las voces femeninas más importantes del panorama musical y todo un número uno de ventas. Presentaba “No me pidas más amor”, que meses más tarde y gracias a la ayuda de Gran Hermano y la poderosa Vale Music se convirtió en todo un “Hit” y no sólo en nuestro país. ¿Qué papel hubiera hecho Merche en el festival con su más que demostrada presencia, imagen y resolución sobre el escenario? Nunca lo sabremos.


Al año siguiente, rompiendo récords de audiencia, llegó a nuestras vidas uno de esos programas que nos cambió la vida. La Academia más famosa de la pequeña pantalla abría sus puertas y comenzaba “Operación Triunfo” (Con Carlos Lozano, Nina, y ¡¡Pilar Tavares!!). Como no podía ser de otra forma, la Rosamanía llegó hasta sus últimas consecuencias y decidimos que era la mejor apuesta para el festival con esa horterada del “Europes living a celebration”. De la pollería a Eurovisión, ¡hala!. Incluso nos hicieron creer que teníamos posibilidades de ganar… je je… pobres ilusos… Dejamos pasar, ¡ay de nosotros!, aquel torbellino con rizos y ese “Corazón latino”, toda una bomba con ritmo, acordes pegadizos y coreografía impactante que, estoy seguro, hubiera dado que hablar en un festival más bien soso como fue el de ese año. No me cabe la menor duda de que Bisbal hubiera hecho un mejor papel que aquella Rosa de España perdida en el escenario, horrorosamente vestida y con coreografía de fiesta de fin de curso (cuando Poty se luce, lo hace bien). De hecho ahí lo tenemos, vendiendo discos como churros en todos los rincones del mundo.



Y pasó otro año, y lo volvimos a hacer. Pero en esta ocasión, me da que había otros sentimientos de por medio. Sentimientos regionales, para ser más exactos. Les explico: esa edición de OT la ganó Ainhoa, una elección más que justa en mi opinión, pero que fue muy polémica en su momento. Y en eso, el País Vasco tuvo mucho que ver, pusieron a su representante en lo más alto (a mi me ganó con su “Sobreviviré”). Pero claro, los vascos una vez conseguida la vistoria tampoco es que tuvieran demasiado interés en representar a España en Eurovisión. Los catalanes tampoco, la verdad, pero Beth, con su cuerpo menudo y sus rastas, caía mucho más simpática. Así que mandamos la mediocre “Dime” (canción que, no e spor nada, bordo en el “Singstar”), dejando una maravilla como era “Mi razón de vivir”, una canción a medio tiempo con subida de tono y final con “golpe de melena” tan del gusto festivalero y donde Ainhoa lucía esa voz tan maravillosa y personal que tiene.
Personal también era la voz de la catalana, pero los gallos en su directo impidieron que el resto de Europa lo apreciara.


Volvió la tercera edición de OT (última en TVE y por tanto, última vez que nuestro representante saliera de la Academia). Descartado el vencedor de esa edición, Vicente, por tener una voz más de Festival de Benidorm o de la OTI, mandamos al canario más soso del planeta (con permiso de Pedro Guerra, que también lo es, pero que se le perdona por ser feo y dar penita, siempre descalzo): Ramón. El chico era guapetón, y lo hizo mejor de los que esperábamos todos, la verdad, pero la mejor apuesta de ese año, sin dudarlo ni un segundo, era Davinia con su tema “Mi obsesión”, canción eliminada inexplicablemente por el jurado en una de las primeras galas (aún recuerdo los abucheos del público en señal de protesta y mi indignación superlativa). Creo que, junto a quien era el amor secreto de Bárbara Rey, es uno de los temas de Estado que nos deberían de aclarar alguna vez.

En el 2005, sin las gallinas de los huevos de oro (OT), arrebatada por Telecinco, volvimos al horror de las galas (a ver si pensáis que lo de las galas espantosas es una novedad de este año, que va, llevan años ensañando hasta llegar al horror más absoluto). Era casi imposible sacar algo digno de esta preselección así que nos quedamos con, digamos, “la menos mala”. Son de Sol y su “Brujería” no hechizaron a nadie y se estrellaron de lo lindo en el festival. Visto esto, ¿no nos hubiera salido más a cuenta mandar a esas divertidísimas Supremas de Móstoles? No es que hubieran hecho historia en el festival, pero al menos habrían llamado más la atención con su simpatía, sus llamativos atuendos y una canción pegadiza y facilota y eso se hubiera notado en los resultados, fijo.


Pero sin duda, el peor año de las oportunidades perdidas, el año en el que peor lo pasamos fue el pasado, cuando una España sin cabeza y sin sentido decidió que ese actorcillo de comparsa (cuyo nombre, recordarán, prometí no volver a pronunciar) debía de hacer el más espantoso de los ridículos. La culpa, claro, es de TVE que puso en manos de MySpace el proceso de selección con un sistema con fallos y fraudes por todos lados. Ahora, que el títere de Buenafuente lo pagó y caro, y en su pecado llevó su condena. Abucheado en todos sus ensayos y ninguneado durante todo el festival, él mismo lo pasó fatal y se le notó más que hundido en su actuación, consciente de ser la única pieza sin encajar en uno de los mejores festivales (musicalmente hablando) de los últimos años. Lástima y vergüenza que se asociara aquel despropósito con los colores de mi país. Dejamos pasar ese año, como no, estupendas opciones como eran Coral o La Casa Azul, las dos estupendas opciones con grandes posibilidades de hacer una representación más que digna. Pero elegimos mal, para variar.


Nunca sabremos si deberíamos habernos quedado con Melody, lo que sí sabemos es que este año al menos tenemos la seguridad de que mandamos algo bueno y podemos sentirnos orgullosos de nuestra representante. El top 10 lo tenemos seguro, y Soraya va a ganar, pero habrá que esperar al 16 de Mayo para saber si la noche será para España o no. Por ahí ya hablan de Barcelona 2010, personalmente creo que es mucho soñar. Pero soñar no cuesta nada.